Es probable que alguna vez hayas escuchado o leído que todo es Energía. Pero, ¿sabes que significa eso exactamente?
Significa literalmente que todo cuanto hay en el Universo es Energía. Vivimos en un plano físico, en un plano material, y no es que haya un mundo energético al margen del mundo material, sino que el propio mundo material está hecho de Energía.
Y de aquí surge esa frase, o ese pensamiento, que dice que Todo es Uno. Todo y todos estamos conectados a la misma fuente. Entonces, ¿dónde radica la diferencia entre unas cosas y otras? La diferencia está en el nivel vibratorio. Los átomos, las moléculas que componen cada elemento del Universo tienen una frecuencia vibratoria distinta.
Y las formas en que se puede manifestar esa energía son prácticamente infinitas. ¿Ejemplos?:
Pero vamos a centrarnos en la influencia que tiene la energía en nuestro Ser.
Vivimos en un cuerpo físico, un cuerpo material, y como tal también está formado de energía, por lo que nuestro cuerpo físico también tiene un nivel vibratorio. Pero nuestro Ser no está compuesto únicamente por ese cuerpo físico, sino que también tenemos un cuerpo emocional, otro mental y otro espiritual, estando todos ellos conectados entre sí e influyéndose los unos a los otros.
Cada uno de estos cuerpos tiene una función, y el hecho de saber como funciona y como trabaja cada uno es de vital importancia para ser unos Seres Conscientes, para actuar con conocimiento pleno de todo lo que hacemos y de todo lo que somos.
¿Y cuál es la función de cada uno de nuestros cuerpos?
CUERPO FÍSICO: Este es el cuerpo en el que «ocurre» la vida. Es el cuerpo que percibimos con nuestros sentidos. Es donde finalmente se acaban manifestando los conflictos o el equilibrio de nuestro cuerpo holístico. Es nuestro vehículo para actuar y para experimentar y sentir la energía.
CUERPO EMOCIONAL: Es el cuerpo que siente y donde se acumulan nuestras emociones.
CUERPO MENTAL: Aquí es donde se almacenan nuestros recuerdos, nuestros pensamientos, nuestras creencias… Es el cuerpo que piensa y en el que se registran las experiencias de nuestra vida.
CUERPO ESPIRITUAL: Este es el cuerpo que nos conecta con el plano espiritual, con la Fuente creadora. Es el cuerpo en el que más nos cuesta creer, porque no lo podemos percibir con nuestros sentidos o sentirlos como pasa con un pensamiento o una emoción. Para sentir su existencia no hay que potenciar nuestros sentidos, sino nuestra consciencia.
¿Y como se relacionan entre ellos?
Para entender esto tenemos que visualizar nuestro cuerpo holístico como si fuera una pirámide, en cuya punta se encuentra nuestro cuerpo espiritual, justo debajo viene el cuerpo mental, después viene el cuerpo emocional y, por último, en la base, se encuentra nuestro cuerpo físico.
Por regla general, los cuerpos superiores controlan a los inferiores. Los pensamientos del cuerpo mental generan emociones, que pasan al cuerpo emocional, y si en este cuerpo emocional se acumulan demasiadas energías de baja vibración, como puede ser el odio, la rabia, la tristeza… se acabarán manifestando en el cuerpo físico dando lugar a lo que la medicina alopática denomina enfermedad.
Si no prestamos atención a nuestra mente y a nuestras emociones es cuando nos volvemos esclavos de nuestro inconsciente, que actúa en piloto automático en base a nuestras creencias y a nuestros pensamientos y que nos desconecta de nuestro cuerpo espiritual. Pero en el momento en el que empiezas a ser consciente, a comprender lo que piensas y lo que sientes, es cuando surge la libertad de elegir hacia donde quieres ir, sin ningún tipo de limitaciones.
¡¡TE CONVIERTES EN UN SER CREADOR!!