Mikao Usui descubrió que era de vital importancia que el terapeuta se mostrara neutral ante los resultados obtenidos. El terapeuta no es quién para juzgar si los demás han obrado bien o mal.
Llegó a la conclusión de que no era su responsabilidad sanar a la humanidad, sino ayudar a cada persona a que ésta tome las riendas de su propia sanación.
Para tal fin, el maestro Usui definió una serie de principios destinados a desarrollar la conciencia y la capacidad de asumir las responsabilidades.
Hay diferentes versiones sobre el origen de los textos que sirvieron al maestro Usui para definir estos 5 principios. Hay quien dice que su origen está en los poemas del Emperador Meiji, pero lo más probable es que estos 5 principios fueran extraídos del libro del Dr. Bizan Suzuki Los Principios de la Salud, publicado en diciembre de 1914. Fue un libro muy popular en la época y es improbable que Usui Sensei, gran lector, lo hubiese pasado por alto. La primera frase de este libro debió conmover a Usui Sensei, quien buscaba el sentido de la vida. A partir de ese momento esos pequeños poemas japoneses se convirtieron en un lema para Usui Sensei e influenciaron enormemente su forma de vida. Todo esto se acabó transformando en los actuales CINCO PRINCIPIOS DE REIKI.
A diario pueden aparecen emociones destructivas como la ira, el enojo… Debemos tomarnos unos minutos para respirar, tranquilizarnos y buscar la mejor solución al problema, sabiendo que la violencia solo genera más violencia.
Debemos esforzarnos en sentir tranquilidad, armonía y amor en cada momento de nuestra existencia, generando así una onda expansiva de luz y de amor.
Cada situación es un espejo, la reflexión directa de una causa y del efecto que hemos creado. Reaccionamos frente a los demás por la necesidad natural y mutua de asimiliar ciertas lecciones.
Cuando una situación desencadene nuestra cólera, nos enfrentaremos a nuestras emociones para ser conscientes de nuestras debilidades.
La forma ideal de afrontar estas situaciones de enfado es transformar toda reacción colérica en un sentimiento de generosidad. Dibuja una sonrisa sincera en tus labios. ¿Quién puede sentir cólera con una sonrisa en su rostro? Y es probable que de esta forma también desarmes al provocador de esa situación.
Este principio nos habla de transitar por la vida sin estar preocupándonos a cada momento. Únicamente debemos ocuparnos de utilizar nuestra energía en la medida justa y necesaria para lograr un objetivo.
Piensa que allí donde pones tu pensamiento pones tu energía, y donde pones tu energía pones tu vida. Hay que comprender que no se trata de preocuparse por cosas que no sabemos siquiera si pasarán, sino ocuparse de las cosas reales de nuestro presente, dar lo mejor de ti a cada momento. La única cosa que podemos modificar es a nosotros mismos. Ocúpate de dar lo mejor de ti.
De la misma forma que no tiene sentido preocuparse por el futuro, tampoco lo tiene el preocuparse por el pasado. Lo hecho hecho está. Piensa que en cada situación de tu vida lo has hecho lo mejor que has podido o lo mejor que has sabido. Has actuado acorde a tu sabiduría en ese momento de tu vida
Agradece la lección y sigue tu camino. Espera lo mejor de la vida y, cuando llegue algo inesperado, piensa que es algo adaptado perfectamente a tu situación presente.
La gratitud es un don que todos tenemos en potencia, pero muy pocos lo desarrollan a causa de la avaricia, la arrogancia, el ego…
El agradecimiento allana el camino diario para sentirnos mejor en todos los sentidos.
La forma de trabajar el agradecimiento es reduciendo el ego negativo, que es el que nos hace creer que estamos por encima de otras personas. Hay que pensar que precisamente el que se cree estar por encima del resto es el que está muy por debajo. Todos somos rotundamente iguales. Lo único que nos diferencia es nuestro nivel de aprendizaje.
Trabajar el agradecimiento es una forma que tiene la humanidad de evolucionar al próximo estado de conciencia. Albergar la gratitud hacia la vida es vivir en la abundancia. Si somos conscientes de la infinita abundancia que nos rodea y agradecemos los bienes recibidos, nos beneficiaremos de forma creciente.
No nos falta de nada en este planeta. Lo único que está mal repartido son los recursos. Pero el agradecimiento se demuestra admitiendo y aceptando que somos partícipes del movimiento universal. Es importante aceptar la abundancia que nos pertenece.
Si no nos consideramos dignos de la abundancia del Universo estamos obstaculizando la llegada de esa abundancia.
Debemos brindar lo mejor de nosotros en todo momento, tanto en lo laboral como en lo personal. Debemos ocupar nuestro tiempo creciendo, desarrollando nuestras actividades y nuestros talentos. La pereza es la mayor enemiga del progreso. No permitas que se esconda en ti, porque te destruirá.
Las personas crecen por el trabajo. Aprenden con él y con la vida diaria. Todo lo que surge del trabajo es bueno. Sin embargo, no hay que confundir este Principio con vivir sólo para trabajar. Muchos pierden la salud para ganar dinero, y después se lo gastan en recuperarla. Para tener una vida larga es necesario frenar. Tenemos que aprender a ser calmadamente activos. Es necesario vivir, no únicamente existir.
Debemos dejar el trabajo del día siguiente para el día siguiente, dejando tiempo para otras actividades también importantes. Hay que trabajar, pero no sólo hay que vivir para trabajar.
El tiempo dedicado al trabajo, a la salud, a la familia, al conocimiento, al placer… nunca es tiempo perdido.
Debemos aprender a respetar a todo y a todos en nuestra vida, ya que cada persona es un maestro en sí misma. Cada persona nos aporta un aprendizaje, igual que nosotros a ellos. Y aunque parezca contradictorio, la persona que más nos castiga y nos hace sufrir es nuestro mejor maestro, ya que saca a la luz nuestras debilidades, de las que debemos aprender para dejar de sufrir.
Todos hemos salido de la misma fuente de Energía. El hecho de aceptar las múltiples facetas de nuestra personalidad tendrá efecto sobre los seres que nos rodean.
Cada persona, animal, planta o mineral participa del TODO. Amar y respetar a los demás es testimoniar amor y respeto hacia nosotros mismos y nuestra abundante Tierra.